Entrevista: Roberto Terne. Foto: Nines Mínguez.
- Javier ¿De dónde procede la idea de escribir un libro en el que se narre esa ‘aventura de ver cine con los hijos’’?
- La Editorial Península me propuso que escribiera sobre lo que yo quisiera pero a la vez me ofreció también dos o tres ideas, todas ellas adecuadas a lo que veían en mi perfil en twitter y también a mis artículos de El País. Una de esas ideas fue la de que escribiera algo relacionado con el cine que yo veo con mis hijos. En algunas ocasiones, ya había twiteado diversas experiencias viendo cine con mis hijos y la verdad, es que siempre habían tenido buena repercusión. La editorial me dio un año y pico para escribir y eso fue también determinante para que me animara a escribirlo.
- El libro tiene unas premisas que revelan ciertos clichés que tienen algunos padres… Por ejemplo, querer que sus hijos repitan la propia niñez de los padres viendo sus dibujos animados favoritos. ¿En tu caso tenías claro que esto puede provocar en los niños más rechazo que acercamiento a las propuestas tutoriales?
- Totalmente. Además está claro que ahora mismo hay mejores trabajos que los que había cuando yo era pequeño. Hay más calidad en el ámbito narrativo, visual, de animación… en todo. Por tanto, es tontería recuperar series de nuestra infancia para nuestros hijos, ya que lo que hacemos es dar más paso a la nostalgia que a la calidad. Lo que sí que hay son dibujos animados imperecederos y fenomenales que no caducan como pueden ser ‘Looney Tunes’, ‘Correcaminos y El Coyote’ o ‘Bugs Bunny’, mismamente.
- En este libro también huyes del termino ‘cine familiar’ en el sentido de cine ñoño o de cine demasiado edulcorado…
- Sí… no estoy nada de acuerdo en ese sentido descafeinado y ‘ñoño’… por lo tanto, creo que es el momento de recuperar algunas películas conceptuadas de cine familiar, como por ejemplo, ’Qué bello es vivir’ o ‘Matar a un ruiseñor’. Son películas perfectas para ver en familia porque, precisamente, tratan sobre los problemas y sobre las alegrías de las propias familias.
- Es cierto que vivimos unos tiempos de sobreprotección que se extienden al mundo de los ‘remakes’. En este libro criticas, por ejemplo, la eliminación de la famosa borrachera de ‘Dumbo’ en la última revisión cinematográfica de la obra. Sabes que eso te puede enfrentar con los sobreprotectores padres ‘milenials’ ¿verdad?
- ¿Qué prefieren: pistola o espada? Estoy preparado para batirme en duelo con estos padres (risas)… Cada padre puede hacer lo que quiera con sus hijos, pero yo intento estar lejos de esa sobreprotección. Un ejemplo es el que destacas del libro sobre el caso del ‘remake’ de Dumbo. No creo que ningún niño vaya a sentirse tentado a emborracharse por ver ‘Dumbo' o tampoco tentado a fumar puros después de ver ‘Pinocho’. Censurar esas escenas es, además, cargarse los dos momentos más potentes de las películas y derivar en un ‘remake frío.
- En el libro también confiesa que a a partir de los 14 años ya se puede ver todo tipo de cine…
- Siempre y cuando no sea una salvajada, sí. Comencé a escribir el libro, por cierto, cuando mi hija iba a cumplir 14 años. Creo que a partir de esa edad de pubertad y de llegada a la adolescencia se puede ver ya casi de todo. Con mi hijo Santi ya he visto, por ejemplo, ‘El bueno, el feo y el malo’ e incluso alguna de Tarantino. Francamente, no creo que vayan a ver nada que no hayan visto ya en determinadas películas de superhéroes o en el Telediario. Y, respecto al sexo, no creo que se vayan a perder nada que no esté al borde de un ‘click’ del porno de internet.
- No queremos abordar todos los aspectos que hay en el libro sin dejar nada para la presentación del mismo este viernes en la UVa… Por tanto, última pregunta. ¿Qué opina sobre la exposición de la muerte en el cine de cara a los niños? ‘Heidi’, ‘Marco’ o la película ‘Campeón’ nos marcaron bastante a los que tuvimos nuestra niñez en los años 70 y primeros 80…
- El capítulo del libro que trata sobre la muerte recoge algunos de esos grandes momentos de películas que nos emocionaron mucho en sus días. La aproximación a la muerte es importante en el mundo de un niño ya que, en algún momento, tiene que comprender que la muerte es algo co-existencial al ser humano. El cine es bueno para entender la muerte y además, hay que comprender que las mejores películas no son las que resguardan al niño de todo mal, sino las que comienzan a enfrentarlo con algunos de los problemas que pueda tener en el futuro o que, incluso, ya puedan ir teniendo.